El cumpleaños de mi chibi –ya no tan chibi- fue ayer (!) Y justo
ayer estuve bastante ocupada que ni tiempo de nada tuve, pero es imposible que
me olvide de él <3
Es mi ichibans de ichibans, mi niño adorado quien ya tiene 22 asdasdasd lo veo crecer cada mes y no solo como profesional, sino como persona. A modo personal tanto Yuri como Key (SHINee) son personas con quienes siento que soy muy similar en varios aspectos, así que deseo de todo corazón que la parte frágil que tienen no llegue a ser dañada. Sé que con el paso del tiempo la coraza que se pusieron ambos ha ido bajando y que ahora ya no se muestra solo el idol , sino más de ellos.
Es mi ichibans de ichibans, mi niño adorado quien ya tiene 22 asdasdasd lo veo crecer cada mes y no solo como profesional, sino como persona. A modo personal tanto Yuri como Key (SHINee) son personas con quienes siento que soy muy similar en varios aspectos, así que deseo de todo corazón que la parte frágil que tienen no llegue a ser dañada. Sé que con el paso del tiempo la coraza que se pusieron ambos ha ido bajando y que ahora ya no se muestra solo el idol , sino más de ellos.
La
entrevista de las 10 000 palabras me dio mucho que pensar el año pasado, pero sé
que Yuri ha ido creciendo <3
Vernos en unos años es una promesa~
HB! Yuri [One-Shot]
Pareja: YamaChii
Género: AU – Fluff
Pareja: YamaChii
Género: AU – Fluff
Era su 7mo cumpleaños, las expectativas estaba dentro de si desde
que abrió los ojos y se levantó de su
cama, despertando a todos los niños con quien compartía habitación, siendo el
primero en abrazarlo y felicitarlo Ryutaro, su vecino de cama, aunque este
había renegado un poco al haber saltado en su cama, todo para que se levantara.
-¡Hoy es mi cumpleaños!-
Decía a viva voz luego de armar tremendo alboroto en esa habitación
e iba saltando de un lado a otro a despertar a todos los niños de la Casa
Hogar, si es que era posible, incluso a la misma Madre Superiora.
-Hoy nuestro gallito no tuvo que despertarte-
Comentó la anciana al ver al pequeño entrar a su habitación, aunque
sabía que estaba reprimiendo su emoción, ¿cómo no iba a haber escuchado los
grititos de felicidad del menor? Imposible con aquella vocecita que tenía.
-Hoy es mi cumpleaños Madre. . .-
-Lo sé. . .Hoy es tu día especial, pequeñito-
Le dijo, mientras lo cargaba para sentarlo en su falda, mientras le
llenaba la cara de besos, hoy era su día especial, no solo por su cumpleaños.
-Feliz cumpleaños mi niño-
Le felicitó la mujer con aquella voz tan comprensiva y quien a pesar
de los años no cambiaba ni un solo poquito, ni aunque los menores le hicieran
jugarretas.
-Un día como hoy . . . mis papis me tuvieron ¿Verdad?-
-Claro que si. . . y estoy segura que ellos te cuidan desde el
cielo-
Al menor le brillaban los ojitos al escuchar eso, a pesar que no
recordaba las caras de sus progenitores,
siempre sentía una especie de calor inundarlo cuando hablaba de ellos, y
en el lugar más remoto de su memoria, una melodía iba sonando dentro de su
cabeza, creyendo firmemente que esa era la voz de su mamá.
Sus padres había fallecido hace 6 años en un accidente
automovilístico, pero aunque el menor también estaba en ese momento, su madre
lo protegió con su propio cuerpo para que no le sucediera nada, 1 semana luego del accidente, fue cuando lo
llevaron a aquella casa hogar y lo acogieron con bastante alegría y el amor que
un pequeñito a su edad necesitaba.
-¿Hoy vendrá Ryo-chan, Madre?-
-¿Él alguna vez te ha mentido?-
-¡Entonces si vendrá!-
Su vocecita sonaba más alegre cada vez que hablaba de Ryosuke,
incluso la Madre Superiora podía detectar cierto rubor en los ojos del menor al
nombrar a aquel niño, es que el día que llegó al orfanato, quien estuvo pegado
a él fue Ryosuke, un pequeño que a sus cortos 10 años estuvo muy pendiente del
menor desde el día que llegó, tanto que todos creían que su destino había sido
encontrarse, pero a Ryosuke lo adoptaron 3 años después, y al menor llorar
tanto porque iban a ser separados, el mayor le prometió que siempre lo iría a
ver cada fin de semana, y si podía los días de semana luego de clases también
lo haría, en especial los días especiales, y el castaño no había faltado nunca
a su palabra, así estuviese enfermo, 3 años eran los que habían pasado y
siempre estaba en el orfanato, los días que había prometido.
La familia que adoptó a Ryosuke se habían enamorado de él al poder
ver cómo era con los niños, y realmente era una suerte que siendo tan grande
haya encontrado un hogar, por ese mismo motivo no tuvieron problema en darle
permiso para poder ir a verlos, incluso su ahora madre iba con él y los fines
de semana su padre. Definitivamente había sido una bendición que ellos tres se
juntaran.
Las horas pasaban, Ryosuke salía de estudiar a las 3 pero ya eran
las 5 y el mayor no llegaba, a pesar que Yuri había estado bastante feliz toda
la mañana, ahora estaba sentadito junto a la ventana que dejaba ver el portón
principal del hogar, esperaba al mayor y deseaba verlo.
-Él siempre cumple . . .-
Se daba palabras de aliento, mientras todos en el hogar estaban
preparando la que sería su fiesta de cumpleaños.
Pasaron 2 horas más y al pequeño tuvieron que sentarlo en la mesa,
eran las 7 y ya habían empezado a celebrarle aunque su carita perdiera el
brillo que había tenido durante todo el día, era el primer cumpleaños que
pasaría sin el mayor quien era su todo. . . sentía como si el lugar estuviera
envuelto en oscuridad, se estaba sintiendo abandonado…
“¿A Ryo-chan ya no le
importaba?” se preguntaba mientras veía cómo todos
jugaban alrededor, todo se caía sobre él, a sus cortos 7 años pensaba que todo
estaba acabado.
Justo en ese momento se escuchó el timbre de la puerta principal,
sus ojos se abrieron enormemente al oírlo
mientras se levantaba e iba corriendo a la puerta, aunque una de las
Hermanas estuviese ahí.
Y pudo ver por fin a la persona que había esperado durante todo el
día. . . no le importaba en ese momento que estuvieran sus padres y todos los
niños en el salón, see largó a llorar mientras era alzado en brazos por el
mayor, rodeando su cuello con sus pequeñas manos para esconderse en ese lugar y
poder llorar como nunca lo había hecho.
-Yuri. . .-
Susurró el castaño mientras besaba su cabeza y trataba de hacer que el menor lo viera,
aunque este estaba empeñado en seguir escondido.
-Pensé que no vendrías. . .-
Le contestó hipando mientras soltaba gruesas lágrimas, con la voz
entrecortada, no sabía cómo decir lo que sentía, porque desde hace rato creía
que su corazón estaba sonando feo y lo hacía sentir mal, pero ahora era
parecido a un tamborcito y no había quien lo parara.
-Nunca te he fallado ¿ne? Tengo 16, Yuri. . . se mantener mis
promesas~-
Le contestó mientras besaba sus mejillas, aprovechando el momento
que el pequeño se dejó ver, secando a la par los lagrimones que soltaba,
definitivamente nunca más haría llorar a ese niño, nunca supo en realidad que
fue lo que lo prendó al pequeño desde el primer día que lo conoció. . . hasta
que este sonrió por las palabras que le había dicho, y ahí estaba su respuesta.
. . lo sabía pero siempre lo intentaba negar, su pequeña sonrisa, mientras sus
mejillas se sonrojaban, era lo que lo cautivó a tal punto que no quería
soltarlo nunca.
-No me has felicitado. . . hoy es mi cumpleaños-
Le dijo el menor en una especie de reclamo que para él solo le causó
risa.
-Creo que tengo que decir algo más importante. . .-
-¿Eh?-
-Hoy llegué tarde porque estaba arreglando mi habitación. . . hoy
pusieron otra cama. . .-
-¿Van a llevar a otro niño. . .?-
Y el pequeño puchero que denotaba molestia en el menor se dio a
conocer rápido, SU Ryo-chan iba a estar con otro niño.
-NO QUIERO-
Respondió tan enojado como podía estar a esa edad, queriendo bajarse
de los brazos del mayor pero este no dejándolo ni un segundo más ni siquiera
intentarlo.
-¿Ni aunque el niño eres tú?-
Y eso le cayó como agua fría, creyendo que estaba soñando, que podía
estar de nuevo a su lado sin importarle que día fuera, que si tenía miedo en
las noches de nuevo podría dormir al lado del mayor, que si sentía mucho frío o
los truenos sonaran este se metería a su cama de nuevo a abrazarlo como si
fuera un pequeño peluche y le cantaría. . . de nuevo escucharía su voz aunque
estuviesen en plena oscuridad.
-¡SI QUIERO!
Definitivamente ese era el mejor regalo de cumpleaños que podría
pedir en un millón de años, de entre toda la galaxia. . . el mejor regalo de
todos.
-Feliz Cumpleaños Yuri. . .-