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martes, 25 de marzo de 2014

Dulce Tentación [Serial] Capítulo 5

Capitulo 5

-A donde nos mudaremos será un lugar más pequeño, tendremos un poco de problemas al inicio pero los 4 saldremos adelante, estaremos en la capital y todo será mejor- su madre les había dicho aquello en el cuarto que ambos compartían, ya que la trasladaban por el trabajo y no se podrían quedar durante mucho tiempo en aquella provincia, aunque ambos no estaban muy convencidos, no protestaron –No me pongan esas caras largas chicos, en Tokio seguramente podremos divertirnos más y encontraremos medicina más avanzada para que Daichi esté bien, aparte que es un esfuerzo que estamos haciendo, ustedes saben que su padre viaja bastante debido a su trabajo…solo vayan asimilando la idea ¿Si?- besó la frente de ambos chicos y salió apresuradamente, pues debía regresar al trabajo luego del almuerzo.
-No me quiero ir…-
-¿Eh?-
-Quiero estar más tiempo con Kei…tú has jugado un montón con él pero yo no, solo un par de veces y todo por esta estúpida enfermedad-
-Pero no podemos…quedarnos…papá siempre viaja y si mamá debe trasladarse debemos ir con ella-
-¡Es porque estoy enfermo! ¡NADA MÁS!...aunque tenga 14…podría…podría- el menor apretaba los puños fuertemente mientras gruesas lágrimas bajaban por sus mejillas.
-Daichi…- Daiki se metió a la cama de su hermano, pues éste generalmente se encontraba allí, “Si estuvieses bien, estoy seguro que podrías hacer todo lo que quisieras…si el que hubiese nacido enfermo hubiese sido yo no sufrirías tanto…”
-Sabes…-dijo el menor mientras sentía como los dedos de su hermano acariciaban dulcemente sus cabellos- ayer…Kei me…besó, creo que le gustas Daiki…-
-¿Eh?- la declaración de su hermano le sorprendió mucho, aunque 2 veces casi había besado a Kei, y otras 2 el mayor casi a él nunca había pasado, pero con su hermano gemelo si…-
-Pero…a pesar de eso…no puedo decir que aquello no me gustó..a mí…a mí me gusta él, por eso…por eso ayer me dejé…lo siento-
-No… no te preocupes…además el que siempre habla con él has sido tú, así que sabes muchas cosas de él, yo solo he jugado con él y he hecho tonterías, nada de importante, el que lo conoce mejor eres tú…y… ¡a mí no me gusta Inoo-chan!- exclamó mientras veía a los ojos a su hermano, era mentira lo que estaba diciendo solo estaba cediendo a Kei, aunque sintiera incomodidad en su pecho pero siempre pasaba aquello si a Daichi le gustaba algo o quería algo y Daiki también al final el último siempre cedía “es lo menos que puedo hacer por haberte quitado la salud”
-¡¡Daiki!!- su padre lo estaba llamando, pues al parecer aún podía quedarse ese día después de haber estado viajando por dos semanas, el hombre entró y se acercó a la cama en donde ambos estaban metidos, luego de besarles la frente dijo- vamos a comprar ¿ne? ¿Daichi hiciste tu lista de lo que quieres?
-Si…-
-Entonces Daiki andando-

Había recordado a su familia mientras dormía, ver a Kei había hecho que aquellos recuerdos que guardaba valiosamente fluyan otra vez; se levantó de la cama arrastrando los pies y abrió las cortinas, las luces de algunos edificios ya estaban prendidas a pesar que recién la noche iba a empezar, fue al baño a tomar una ducha, se cambió y poniéndose una polera negra que cubriera su cuerpo y ¿por qué no? también su rostro porque no quería ser reconocido por nadie, tomó sus llaves y salió de ese pequeño departamento en el cual vivía, situado en el edificio en donde el sótano servía para el bar.
Deambulando por las calles de Roppongi en las cuales de día los edificios servían muchas veces de oficinas o tiendas por departamento se sentía inquieto, a pesar que la noche anterior había sido “fuerte” y luego que Kei se marchara hizo su trabajo como siempre e incluso algo mejor, pues irónicamente había ganado más que en otros días, no se sentía bien y no era nada que un médico pudiera sanar, había querido buscar a Kei desde que tuvo que salir de aquella provincia cuando tenía 14 años, pero los cambios y sobregiros que dieron su vida aparte de ser solo un adolescente no ayudaba mucho. Tenía tantas cosas por decirle, por demostrarle que él también lo amaba aunque para su edad no supiera exactamente que era el verdadero amor, quería saber si al que Kei adoraba era a él o a Daichi, tenía que contarle la verdad en aquella época pero ahora era tarde…demasiado tarde, sinceramente ya nada quedaba por hacer, aquella verdad que una vez fueron dos gemelos que querían a Kei se quedaría guardada en sus memorias y en su corazón, junto a aquel amor que duró por más de 8 años, aquellas emociones que le hizo experimentar el pelinegro serían su mayor tesoro.

Recién podían salir de la universidad, o al menos él y sus amigos del curso, los cuales no eran esos tres con los que había salido la noche pasada pues ellos estaban en otras facultades, su carrera implicaba eso, muchas veces no sabía que tanto tiempo podría tener pero no importaba le apasionaba lo que estudiaba y era lo mejor que había conocido en la vida…o al menos eso quería creer.
Toda la tarde que había pasado en la universidad había estado distraído, tanto que los profesores le habían llamado la atención en diferentes oportunidades, pero es que los sucesos de la noche anterior no salían de su cabeza…todo lo que había pasado en tan pocas horas, todas las personas que había conocido en aquel bar, Daiki…Daiki era su mayor problema…había querido ver por tanto tiempo al menor y con tantas ganas, pero no así, no diciendo aquellas cosas, no sabiendo que tipo de vida llevaba ahora ese pequeño, él no sabía nada del menor, no lo conocía y no podía juzgarlo, pero NO! el idiota de su interior había surgido y empezó con el pie izquierdo con el castaño, le había dicho cosas hirientes…aunque tenía más de una razón para hablar así con alguien que brindaba ese tipo de servicios, pero estaba seguro que Daiki tenía más de una razón…para estar en ese tipo de trabajo, en resumen su cabeza era un lío.
Quería verlo y hablar…aunque no sabía de qué, tal vez él lo podía ayudar, sí eso pensaba…pero también recordaba que Daiki no era la persona más dócil que digamos o al menos no lo era tanto, aunque a veces sí lo era y mucho según sus recuerdos, se preguntaba que Daiki predominaba ahora ¿el Daiki que era juguetón aunque también muy cálido y le hacía caso a todo lo que Kei proponía o el Daiki que a veces llegaba a su casa y comenzaba a preguntar por cada cosa como si fuera nueva para él, así como también algo mandón?
Nota: Minna-san!!! sé que esto ha estado parado desde el año pasado, lo cual en serio lamento, había hecho este fic cuando lo empecé hasta el capi 6 y ahí lo mataba, pero no me gustó como quedó, queme todo y luego quería hacerlo otra vez…pero la cabeza se me agotó y no se me ocurría nada de nada….

Ahora ya lo pude seguir, aunque se suponía que debía haberlo subido en febrero, el último día!...pero ni siquiera lo había empezado, ¡ahora ya está! Este capi es casi explicativo –por eso tan cortito- para que sepan que viene a continuación~~
Espero que les haya gustado y gracias por siempre haber esperado esto!
Diganme que les parece este enredo :D. Daiki o Daichi ¿a quién amó Kei de verdad?